Señor, entendemos que Jesús no vino a mostrarnos como era ser un Dios.
Vino a revelarnos en su vida terrenal una humanidad tal como Dios tenía la intención que nosotros adoptáramos.
Esa es la clave y el secreto de la vida humana. Adoptar la humanidad de Jesús en nuestro corazón.
Sabemos que cuando ponemos a Cristo de nuevo dentro de un cristiano ponemos a Dios de nuevo dentro del hombre.
Esto es lo que el mundo quiere oscurecer y evitar.
Jesús ofrece vivir Su vida humana de nuevo nosotros, en medio de las situaciones que usted afronta diariamente.
Parece que fueran pocos los que emprenden esta clase de vida, pero en el momento que lo intentan, empiezan a ocurrirles cosas extrañas.
Esto es porque la sabiduría de Dios proveerá para nuestras necesidades y las cosas comienzan a resolverse de manera inesperadas.
Este es el secreto de la vida humana: disponer que la vida de Jesús pueda ser vivida otra vez en nosotros al recibir por fe a Cristo.
Padre, gracias por esta poderosa revelación que hace que la vida tenga sentido.
Oro para que abras nuestra mente para aprender estas cosas que son diferentes a lo que aprendemos en el mundo.
Oramos para que las puertas eternas de esperanza estén siempre abiertas para que todos entremos a reunirnos con Jesús.
Reunirnos con la luz del mundo, el camino, la verdad y la vida.
El es el único camino al Padre y la única esperanza de las naciones.
En nombre de Jesús, Amen.
Señor declaro necesitarte para ser mi salvador, mi sanador y mi liberador.
Señor de mi espíritu humano.
Señor de mi mente.
Señor de mis emociones.
Señor de mis decisiones.
Señor de mi salud física.
Señor de mi sexualidad.
Señor de mi familia.
Señor de mi trabajo.
Señor de mis bienes.
Señor de mis planes.
Gracias por tu sangre derramada para que yo pueda ser libre de las consecuencias del pecado y que mi nombre pueda ser escrito en el libro de la vida.
En nombre de Jesús, Amen.
Gracias Jesús por morir para ser yo perdonado.
Por decisión propia hoy perdono a todas aquellas personas que me han herido (nombrar esas personas).
Libero a cada uno de ellos a la libertad de mi perdón.
En nombre de Jesús. Amen.
Señor, confieso que como resultado de haber sido herido he permitido en mi corazón amargura, resentimiento, ira, odio, deseo de revancha y juicios.
Tu conoces mi pecado y me arrepiento. Te pido que me perdones y me limpies.
En nombre de Jesús. Amen.
Perdóname Señor por culparte por lo que otros han hecho a mí.
Tu rechazas lo que el maligno hace en nuestras vidas.
Gracias por tu amor y por tu promesa de liberación.
En nombre de Jesús. Amen.
Gracias Señor por tu perdón.
Decido perdonarme a mí mismo por las cosas que yo sé que tú ya me has perdonado.
En nombre de Jesús. Amen.
Perdono a mis antepasados por todas las cosas que ellos han hecho y que me han afectado mi vida.
Yo confieso y renuncio a todas sus actividades de pecado como: (Mencionar los pecados conocidos - actividades de ocultismo, pecado sexual, otros pecados de los antepasados).
Reclamo mi libertad de la consecuencia de esos pecados.
Reclamo mi libertad de todas las maldiciones generacionales y pronunciamientos.
Reclamo mi libertad de todas las enfermedades hereditarias.
Proclamo el rompimiento de todas las ataduras impías existentes entre mi ser y mi padre o mi madre o entre sus líneas paternas o maternas.
Gracias Jesús por tu sangre derramada para poder ser libre.
En nombre de Jesús. Amen.
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